[vc_row full_width=”stretch_row_content_no_spaces”][vc_column][vc_single_image image=”215905″ img_size=”1900×700″ alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”50px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Cazadores, una tradición de agave azul

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Tequila Cazadores, una de las destilerías más antiguas de los Altos de Jalisco, reafirma su lugar en el mundo y se suma a la vanguardia con procesos únicos al ritmo de las sinfonías de Mozart.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”50px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Arandas se encuentra en los Altos de Jalisco, a más de cien kilómetros de Guadalajara. Una tierra fértil y roja como el tezontle, cubre la mayor parte de sus campos donde crecen miles de agaves azules. Ay, Arandas, “pueblo bonito”, dice la canción, “que tienes la sangre que tiene Jalisco”.

Sus paisajes recuerdan a las películas del Cine de Oro, donde los agaves fotografiados por Gabriel Figueroa, contra un cielo límpido, quedaron implantados en la memoria de un paisaje nacional. El tequila, que brota de estas plantas, se convirtió en la bebida de valientes, triunfo de amores y un aliciente para el corazón.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”30px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”215907″ img_size=”large” alignment=”center” style=”vc_box_outline” css=”.vc_custom_1535127060459{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}”][vc_empty_space height=”50px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Tequila Cazadores es quizá la destilería más importante de Arandas. Y lo produce orgullosamente siendo fiel a la receta creada en 1922, que contiene ingredientes de alta calidad y es realizado con procesos únicos de fermentación y doble destilación, en todas sus variantes, que le dan un sabor característico —y es orgullo de exportación—. Ahora esta marca continúa su camino en busca de la vanguardia con el lanzamiento de un tequila añejo cristalino suave por naturaleza.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”10px”][vc_separator color=”custom” el_width=”10″ accent_color=”#8a492a”][vc_empty_space height=”10px”][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column css=”.vc_custom_1535126792819{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column_text]Rodeada de anécdotas y leyendas, la historia de Tequila Cazadores cuenta que José María Bañuelos —el creador de la receta original— observó a un venado pasear tranquilo por los campos de agave; no se sabe si fue una premonición o un llamado del destino, pero decidió que el tequila que se producía en su pequeña destilería tendría las características y los sabores de esta tierra. Y no sólo eso, además llevaría la imagen de este caprichoso encuentro. Desde entonces el venado —que adorna sus botellas— se convirtió en uno de los símbolos de Arandas, pues como una estampa religiosa aparece en restaurantes y negocios que rodean la imponente iglesia construida en el siglo XIX, parecida a la de Notre Dame, neogótica, de cantera rosa y con un enorme rosetón, que es otro de los orgullos de este pueblo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535126802864{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}”][vc_column css=”.vc_custom_1535652190403{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}” offset=”vc_hidden-md vc_hidden-sm vc_hidden-xs”][vc_images_carousel images=”215902,215922,215903,215923″ img_size=”970x647px” onclick=”link_no” speed=”3000″ autoplay=”yes” hide_pagination_control=”yes” hide_prev_next_buttons=”yes” wrap=”yes”][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535126802864{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}”][vc_column width=”2/3″ css=”.vc_custom_1535652204656{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}” offset=”vc_hidden-lg”][vc_images_carousel images=”215902,215922,215903,215923″ img_size=”medium” onclick=”link_no” speed=”3000″ autoplay=”yes” hide_pagination_control=”yes” hide_prev_next_buttons=”yes” wrap=”yes” css=”.vc_custom_1535652226279{margin-left: 10px !important;border-left-width: 10px !important;padding-left: 10px !important;}”][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1535652210940{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}” offset=”vc_hidden-lg”][vc_column_text]Rodeada de anécdotas y leyendas, la historia de Tequila Cazadores cuenta que José María Bañuelos —el creador de la receta original— observó a un venado pasear tranquilo por los campos de agave; no se sabe si fue una premonición o un llamado del destino, pero decidió que el tequila que se producía en su pequeña destilería tendría las características y los sabores de esta tierra. Y no sólo eso, además llevaría la imagen de este caprichoso encuentro. Desde entonces el venado —que adorna sus botellas— se convirtió en uno de los símbolos de Arandas, pues como una estampa religiosa aparece en restaurantes y negocios que rodean la imponente iglesia construida en el siglo XIX, parecida a la de Notre Dame, neogótica, de cantera rosa y con un enorme rosetón, que es otro de los orgullos de este pueblo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column css=”.vc_custom_1535126792819{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column_text]Félix Bañuelos —nieto del creador de la receta— decidió en 1973 compartir su secreto familiar con el mundo a través de la comercialización del tequila que llamó Cazadores. Tras el éxito nacional de este destilado de agave de gran calidad, don Félix Bañuelos —como se refieren aquí con respeto al fundador también se convirtió en leyenda.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-md vc_hidden-sm vc_hidden-xs”][vc_empty_space height=”20px”][vc_column_text]

Desde temprano —justo antes de que el gallo cante— don Gustavo recorre en una camioneta gris el pequeño tramo que separa su casa de los campos donde trabaja. Lo hace acompañado de otros trabajadores con sombrero puesto. Él, la segunda generación de jimadores en su familia, corta de raíz cada una de las pencas que rodean esta planta con una navaja circular llamada coa que maneja con maestría. Tras unos movimientos rápidos revela pronto el corazón del agave que es el corazón del tequila.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-md vc_hidden-sm vc_hidden-xs”][vc_single_image image=”215939″ img_size=”large” style=”vc_box_border_circle_2″][/vc_column][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-md vc_hidden-sm vc_hidden-xs”][vc_empty_space height=”20px”][vc_column_text]

Conocido como piña, pesa entre 50 y 60 kilos y es cargada por cada uno de los jimadores hacia un enorme tractor. Don Gustavo se seca el sudor con un pequeño pañuelo y riendo dice “de cargarlos sacamos fuerza”, mientras flexiona uno de los brazos. Una vez que el tractor está lleno, desaparecerá para comenzar el proceso que convierte esta planta —que tarda, en el caso de Cazadores, al menos 8 años en estar lista para ser jimada— en tequila.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-lg”][vc_column_text]Desde temprano —justo antes de que el gallo cante— don Gustavo recorre en una camioneta gris el pequeño tramo que separa su casa de los campos donde trabaja. Lo hace acompañado de otros trabajadores con sombrero puesto. Él, la segunda generación de jimadores en su familia, corta de raíz cada una de las pencas que rodean esta planta con una navaja circular llamada coa que maneja con maestría. Tras unos movimientos rápidos revela pronto el corazón del agave que es el corazón del tequila.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-lg”][vc_single_image image=”215939″ img_size=”large” style=”vc_box_border_circle_2″][/vc_column][vc_column width=”1/3″ offset=”vc_hidden-lg”][vc_column_text]Conocido como piña, pesa entre 50 y 60 kilos y es cargada por cada uno de los jimadores hacia un enorme tractor. Don Gustavo se seca el sudor con un pequeño pañuelo y riendo dice “de cargarlos sacamos fuerza”, mientras flexiona uno de los brazos. Una vez que el tractor está lleno, desaparecerá para comenzar el proceso que convierte esta planta —que tarda, en el caso de Cazadores, al menos 8 años en estar lista para ser jimada— en tequila.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column][vc_column_text]Tania Oseguera, master tequilier por la Academia Mexicana del Tequila y orgullosa mujer de los Altos, trabaja en Tequila Cazadores desde hace 13 años y relata que es la única bebida en el mundo que requiere de un procedimiento en extremo cuidadoso para ser elaborada. “La jima es un proceso artesanal, los trabajadores cortan cada agave a mano, uno a uno y se revisa todo: que no tenga plagas, que no le falte azúcar, y que sea de productores certificados por el Consejo Regulador del Tequila; así nos aseguramos de que cada botella de Cazadores tenga nuestro distintivo sabor a agave de los Altos”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”215928″ img_size=”large” alignment=”center” style=”vc_box_outline” css=”.vc_custom_1535061526848{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”30px”][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column][vc_column_text]Como muchas cosas en México, el mestizaje fue el responsable de la creación de esta bebida espirituosa. El agave —que en México tiene más de 100 variedades— fue relacionada durante la época prehispánica con la diosa Mayahuel, que hecha pedazos por un demonio y posteriormente enterrada por su amante el dios Quetzalcóatl, se convirtió en una planta de donde brotaron lo mismo textiles que bebidas: esa planta tomó el nombre de maguey y Mayahuel se convirtió en la diosa de la fertilidad y también de la embriaguez. A la llegada de los españoles, que conocían las formas de destilación propias del vino, decidieron que esta planta que los indígenas consumían ya como pulque —otro destilado del agave— sería la indicada para crear el tequila.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”215926″ img_size=”large” style=”vc_box_outline”][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”215929″ img_size=”large” style=”vc_box_outline”][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”215930″ img_size=”large” style=”vc_box_outline”][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column][vc_column_text]El maestro tequilero Juan Susunaga, encargado de verificar las características organolépticas de cada lote de Cazadores, asegura que con Bacardi, la famosa compañía fundada en Santiago de Cuba —y que compró Tequila Cazadores en 2002—, mezclaron lo mejor de la tecnología con los procesos y receta de José María Bañuelos para asegurarse de conservar su calidad y poder llevarla a todos lados del mundo. Hoy se exporta a Estados Unidos y Canadá principalmente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column][vc_single_image image=”215904″ img_size=”large” alignment=”center” style=”vc_box_outline” css=”.vc_custom_1535061625273{margin-bottom: 0px !important;border-bottom-width: 0px !important;padding-bottom: 0px !important;}”][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1535050581448{margin-top: 0px !important;border-top-width: 0px !important;padding-top: 0px !important;}”][vc_column][vc_column_text]La levadura nada en grandes contenedores donde el líquido obtenido de las piñas de agave danza con la “Misa de Réquiem” o con “La flauta mágica”. Oseguera agrega que este efecto —conocido como “el efecto Mozart”— tiene beneficios sobre los organismos vivos como la levadura y una acción directa sobre el producto final. “Este distintivo es la magia de Cazadores”, concluye.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”50px”][/vc_column][/vc_row]